Colectivo Sustan

Miel & Flores

La Resiliencia, el nuevo modelo de vida


Apreciados lectores,

Finalizado el año, comenzamos el 2012 con la esperanza habitual en estos casos, de que se cumplan todos nuestros deseos y que nuestros sueños se hagan realidad. El 2011 ha sido difícil para el mundo Occidental y como otro año más de miseria y muerte, para el otro mundo, ese que no conoce otra forma de vida, que la supervivencia.

El 2011 ha sido un año de crisis (por si alguno no lo sabía), otro más, del sistema predominante, un año donde palabras como deuda soberana, agencias de calificación, mercados (no de abastos precisamente), ajustes sociales, déficit público y privado, recesión etc. han acaparado las noticias sesgadas informativas, por encima de la verdadera causa de esta situación, como el agotamiento de recursos naturales, entre ellos la energía que hace posible el modelo, el cambio climático, las desigualdades sociales, la crisis medioambiental.

El 2012, promete ser la continuación al anterior, así los políticos ya lo anuncian en sus mensajes dogmáticos, que «debido al déficit, se verán obligados a tomar decisiones duras», ya se sabe más recortes para todos, para que beneficien a unos pocos, nuevamente los gobernantes al amparo de los mercados, el consumo como mantra para un modelo cuya doctrina es el crecimiento «per sé».

El consumo responsable, es la última versión edulcorada del capitalismo, sistema totalitario que en los últimos años se ha convertido en una actividad depredadora y salvaje (en términos humanos, pero nada tiene que ver con el mundo animal, mucho más racional que nosotros), y que está a punto de consumir todo lo que da soporte de vida, en la Tierra, incluido a la especie humana.

La palabra consumo * (del latín: consumere, que significa gastar o destruir), es la acción y efecto de consumir y gastar, bien sean productos, y otros géneros de vida efímera, o bienes y servicios, como la energía, entendiendo por consumir como el hecho de utilizar estos productos y servicios para satisfacer necesidades primarias y secundarias (de wikipedia).

Que responsabilidad tiene el género humano, con el mismo y sus congéneres, si el propio significado de la palabra consumo es destruir. Cómo podemos decir y hacer, que el destruir, es responsable, con quien y para quien.

El desarrollo sostenible, es otro de los términos populares y populistas, en boca de todos, que el que lo pronuncia busca la intencionalidad de relacionarlo con lo ecológico, respetuoso con el medio ambiente y con el propio hombre, y el que lo escucha, quiere creer que así se trata. No deja de ser, otra versión edulcorada del capitalismo salvaje, ese que destruye y esquilma los recursos naturales, a otros seres humanos, a otras especies, y en definitiva, consume hasta el aire que respiramos.

El concepto desarrollo, tiene distintos significados en función de la disciplina que lo utiliza. Uno de los más acertados sea el biológico, más relacionado con la naturaleza, que es el proceso por el que un organismo evoluciona desde su origen hasta alcanzar la condición de adulto. Históricamente, el concepto se ha utilizado, para describir las distintas etapas de la historia del hombre y, en el mundo actual, se ha ligado con el desarrollo humano, como las capacidades que permiten a las personas alcanzar un cierto grado de bienestar.

El desarrollo humano, a lo largo de la historia de éste, ha sido siempre INsostenible, se ha basado en la extracción, modificación y uso de recursos naturales, para la obtención de productos y servicios, que satisficieran en cada etapa, sus propias necesidades de bienestar en contra de las de otras especies.

El capitalismo Responsable

Decir capitalismo responsable, es decir Irresponsabilidad en el consumo desaforado e INsostenibilidad en el desarrollo humano, por el deterioro irreversible al que estamos sometiendo al planeta, soporte de toda vida incluida la nuestra, y el daño que causamos a otras especies, con nuestras acciones, producto de la actividad humana que se desarrollan fundamentalmente con las actividades económicas.

Decir capitalismo responsable, es decir falta de ética y moralidad, olvidando al gran Aristóteles (o como ejemplo a la palabra de las gentes de Gamarra) padre de nuestros antepasados, de falta de sensibilidad hacia las cosas maravillosas de éste planeta.

Es decir, adiós a la biodiversidad y riqueza natural que nos sustenta, olvidando a nuestros hijos y haciendo de su herencia, un horizonte contaminado, desolado y de riqueza miserable.

…responsabilidad en las reglas…

Los padres y teóricos del sistema, los defensores a ultranza del mismo, los grandes benefactores, intentan transmitir en la Autorregulación de los mercados, como la verdadera Ley justa y ecuánime para todos, eterna y duradera, como si se tratase de un proceso Natural, lleno de sabiduría, donde por sí misma, es capaz de controlar, adaptarse y regularse.

Los propios mercados, en lugar de Autorregularse y regular, necesitan de las decisiones políticas y de los benefactores políticos, para sustentar un modelo INsostenible, que alimenta a las sociedades de miseria moral y material, en su más alto grado de hipocresía y cinismo orquestada por los padres doctrinales, adoradores del dios «papel» en sus templos los «mercados». Que no les interesa saber, que la cruda realidad y el orden espontáneo no suelen atender a las reglas definidas en el orden controlado.

El gran fraude del sistema, se encuentra orquestado por la codicia del poder, con el beneplácito de sectores científicos, con el soporte y apoyo de instituciones y organismos internacionales y nacionales, creadas para proteger a las personas pero que salvaguardan los intereses de los poderosos, con la conveniencia de los medios de comunicación, y con la ignorancia de la mayoría de la sociedad, en sus axiomas de definición: del crecimiento económico continuo e infinito, implorado en todo foro, tertulia y lugar, cuando si aplicaramos un poco de racionalidad y sentido común (eso que falta por doquier) nos llevaría a la conclusión de que «es imposible crecer infinitamente, en una Biosfera finita». Además hoy se está llevando a cabo de forma edulcorada, por el propio capitalismo, mediante los eufemismos de consumo responsable y desarrollo sostenible, pero con las mismas consecuencias de salvajismo y depredación, de todos los recursos naturales de la Tierra, comerciando con las desgracias y pobreza de los seres humanos y, esquilmando la biodiversidad.

…costes netos

Si se cuantificarán, con el dios «papel» en los templos de los «mercados» y la conciencia de los seres humanos, los costes netos y reales, de las acciones del ser humano, fundamentalmente las económicas, y se incluyeran los costes medioambientales: la contaminación atmosférica, la erosión del suelo, la contaminación de las aguas, la degradación de los ecosistemas, se incluyeran los costes sociales: la esclavitud moderna, los balances netos darían otro resultado bien distinto.

El sistema premia y fomenta, la «destrucción de un bosque para convertirlo en celulosa, pero no premia ni conserva, que el bosque es el generador de oxígeno, que los seres vivos, incluidos el hombre, necesitamos para vivir», a lo primero el sistema lo denomina «generador de riqueza» para el hombre», y a lo segundo lo omite en sus «balances netos» de «verdadera generación de riqueza», ya que hay que decir al hombre del sistema capitalista responsable, que únicamente es la Naturaleza la generadora de riqueza, en forma de Biodiversidad, el hombre simplemente transforma esa Biodiversidad en «papel», de celulosa o moneda.

El sistema se creó, se expandió, y se desarrolló en todos los rincones del planeta, haciéndose global, gracias a las fuentes energéticas que han acompañado al hombre a lo largo de su historia, y principalmente  en el último siglo y medio gracias a las propiedades y caracteristicas de una fuente, que nunca antes nos hubiéramos imaginado, el Petróleo. Pero ésta fuente energética que se creía ¡como no!, eterna e infinita, está siendo consumida por el propio sistema, «como el consumo alimenta el consumo hasta desaparecer», y nos encontramos en el llamado Peak Oil, es decir, en la era del Decrecimiento Energético. Si somos conscientes de que el modelo del sistema capitalista, de la economía, de la sociedad, y en general de la civilización moderna que algunos conocemos se mantiene por el aporte energético que se insufla al sistema, el horizonte que vislumbramos es de un cambio tan radical, que nunca antes el hombre se haya podido imaginar.

… hacia una economía terrenal y local

El capitalismo responsable, en su desarrollo humano, parece ser que ha alcanzado su «edad adulta» (en términos biológicos), manifiesta verdaderos síntomas de «edad senil» (con todos los respetos a esa edad llena de sabiduría, de una vida ya realizada), agotamiento y ya se vislumbra su defunción. El ocaso de la «ciencia económica global», no se manifiesta de forma cabal y racional por sus creadores ni servidores, todo lo contrario se aferran al modelo como único e insustituible, el mejor de todos, el absoluto, el que se Autorregula para mejorar y beneficiar a todos. Es la Ley de la Naturaleza, la única Ley inmutable e impasible, la que está indicando a los «sabios humanos» que el mundo donde se enriquecen unos pocos, se empobrecen muchos y donde vivimos todos, incluido otros seres vivos, es finito y agotable, y el consumo de los recursos puede llevar al consumo de la especie humana.

Al igual que el desarrollo humano, ha llevado al pensamiento humano desde lo Natural hasta lo celestial, la energía hasta el ser Antropocéntrico que somos hoy, la economía responsable hasta la codicia y otros pecados capitales, será la Naturaleza la que dicte sentencia respecto al «adulto capitalismo» y permita, en su definición biológica, el nacimiento y posterior desarrollo de otro «origen», siendo la nueva criatura la «Resiliencia».

Los jóvenes, desheredados de su futuro por sus propios padres, deberán cambiar sus registros, sus definiciones oficiadas por sus predecesores y sus quehaceres, renegando de las doctrinas del capitalismo sostenible. Se verán obligados a desarrollar una renacida ciencia económica más cercana, más local, adaptada a los continuos cambios medioambientales, más humana, donde la política renacerá en el pueblo y se liberará el comercio hacia un orden espontáneo, en definitiva más Resiliente.

Será el propio desarrollo de la Resiliencia, la que marcará el devenir de los próximos años de la vida humana sobre la Tierra, hasta que llegue a su edad «adulta», así ha sido y así será el transcurrir de la especie humana sobre el planeta. No debemos tener miedo, es parte de la Evolución y como dicta la Ley Natural, «en la evolución no sobrevive ni el más fuerte, ni el más inteligente, sino el que mejor se adapta al cambio». El que quiera, que se vaya preparando.

Saludos. CSA

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Esta entrada fue publicada en enero 12, 2012 por en Resiliencia y etiquetada con , , .

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