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La Era Resilienthus: el despilfarro energético, para «llenar» la despensa


Apreciados lectores,

La dependencia de la sociedad de los productos comerciales y  de la energía se encuentra en su máximo histórico. Esta vulnerabilidad individual y colectiva, es probablemente una de las muchas razones por la que muchas personas han adoptado estrategias de Resiliencia.

Post La era resilienthus el despilfarro energetico

Distancias que recorren distintos alimentos hasta llegar a nuestras bocas, mediante los canales «convecionales agro-industriales globales» y mediante procesos «locales próximos» en los EEUU. Fuente del diagrama: http://www.resilientcommunities.com

La situacion es INSOTENIBLE. Las sociedades se han vuelto tan dependientes de la producción comercial de alimentos, de la energía procedente de los combustibles fósiles asociada a los procesos de producción directamente, del procesamiento y del transporte que, muchos seres humanos se han convertido en espectros teledirigidos, si nos comparamos con los hombres preindustriales, hace apenas unas décadas.

Según el Departamento de Agricultura de los EE.UU., en el año 2002 se consumían 12 calorías de combustibles de fósiles por cada 1 caloría en forma de alimentos que nos llevábamos a la boca. En 2007, se necesitaban 14 calorías de combustibles fósiles por cada 1 caloría en forma de alimentos. Podemos suponer, que esta tendencia que aumenta con los años significa, que se necesitaran alrededor de unos 15 calorías o más, por cada 1 caloría en forma de alimentos consumidos, para éste año 2013.

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Distribución del consumo de 12 calorias de combustibles fósiles según la parte del proceso, por cada caloría ingerida en forma de alimentos durante el año 2002. Fuente Canning et al. (2010). Recursos de la USDA. Fuente del diagrama: http://www.resilientcommunities.com

Muchas han podido ser las causas que han originado la llegada a ésta situación: un sistema económico dominante, bajo el yugo de su propia definición, crecimiento infinito, consumo desaforado, direccionamiento de las masas, gratificación inmediata, condensado bajo el gen egoista del ser humano. Mucho se podían debatir sobre las causas y origen, pero un axioma es impepinable: la situación es INSOSTENIBLE e INVIABLE.

Resulta que es en la parte del transporte, distribución mayorista y del propio consumidor, donde se produce el mayor gasto energético, suponiendo más del 60% (aprox. 7,7 cal). Estas cifras, quedarían nimias, y se incrementarían notablemente si la USDA tuviera en cuenta el gasto energético producido en la eliminación de los residuos, la distribución de agua y, en la gobernanza que mantiene y dirige este sistema INSOSTENIBLE.

Si convertimos estas cifras en términos de ínsumos energéticos para nuestras necesidades fisiologícas diarias, podríamos decir que un ciudadano medio estadounidense utiliza alrededor de 1,3 litros de gasolina para poder consumir 2.500 calorías/día de media, en forma de alimentos.

A principios del siglo XX, este escenario se encontraba totalmente invertido, es decir, no se invertían tantas calorías para obtener otras tantas unidades para llevarnos a la boca. Esta diferencia significativa se atribuye a varios factores, como los cambios en el comercio de petróleo, una mentalidad de gratificación instantánea, y la regulación gubernamental más estricta sólo para nombrar unos pocos.

Otro factor que contribuye a los crecientes costos de la agricultura es el gran cambio cultural de la gente lejos de los estilos de vida autosuficientes tradicionales y los ha empujado a la fuerza laboral corporativa , donde a menudo no hay suficiente tiempo durante el día para gestionar correctamente, incluso la agricultura de un solo hogar. Básicamente, la gente está comprando contenido de productos cultivados a miles de kilómetros de distancia. En 1900, esto no era ni siquiera una posibilidad. Todo lo que crecía se hacía de forma localmente y el grado de resiliencia inherente incorporado era la fuerza de un modelo sostenible.

Nuestras imponentes sociedades modernas industrializadas se ha vuelto menos resilientes debido a su enorme dependencia directa de las grandes explotaciones comerciales agrícolas. Todo lo que comemos, ha sido acaparado por la maquinaria comercial, para muchos ciudadanos, el «cultivo de la comida» se hace en las estanterías de los super e hipermercados de las corporaciones que controlan, hasta el último bocado que nos llevamos a la boca.

Afortunadamente, muchas personas empiezan a ser conscientes de la situación. Trabajos agrícolas a pequeña escala y de forma local, producen con éxito más calorías en los alimentos, con menos energía de los combustibles fósiles. Si esto se generalizada, la vulnerabilidad de las sociedades modernas, se reducirá.

Con sencillas respuestas como estas, podemos solucionar algunos de los grandes problemas que nos ocasiona este modelo de sistema, de la gravedad de la situación y, del fracaso del mismo. Cada pequeña cosa que hacemos para conservar la energía y los recursos naturales es fundamental para un modelo de estilo de vida menos derrochador que garantice la resiliencia futura.

La reutilización de aguas grises para fines agrícolas, los avances en las técnicas de jardinería urbana, tales como la jardinería vertical, la acuaponia, la aeroponía etc., significa que incluso los habitantes de las ciudades pueden producir, al menos, algunos de sus propios alimentos, lo que reduce su dependencia y vulnerabilidad de la agricultura industrial y en última instancia, de las corporaciones gubernamentales.

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Nuestra dependencia de los alimentos está aumentando cada año y nuestra dependencia de fuentes de energía se correlaciona directamente con la dependencia alimentaria . La única manera de aumentar nuestra sostenibilidad es romper el modelo agrícola actual y adoptar nuevas estrategias que garanticen nuestro futuro y el de otras muchas especies con las que compartimos, este bonito planeta.

Este texto, toma su base de inspiración y algunos apuntes, incluída una fotografía, del post de la misma temática ofrecido por resilientcommunities.com

Foto Carnet Blanco y negro Bubokpor Fernando Valdepeñas CRA Editor

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Hace alrededor de unos 7,0 – 4,5 millones de años, vivieron en África un conjunto de primates, antepasados de especies ancestrales de los humanos, eran los Ardipethecus. Hace unos 4 millones de años, condiciones climáticas con menor régimen de lluvias, dieron lugar a espacios más abiertos y menos arbolados, la evolución dió lugar a un nuevo tipo de homínido, el Australopithecus. Desde entonces los homínidos se han diversificado en no menos de 8 especies, que empezaron a caminar para poblar el mundo. La Creatividad, la Capacidad de planificación y la Cooperatividad, fué la característica fundamental de estos homínidos. Hace 100.000 años exitían al menos 5 linajes humanos, los Neanderthalensis en Europa, el Homo erectus en Asia y nuestra especie, el Homo sapiens, que empezó a caminar desde África. Una nueva característica incorpora el Homo sapiens, la tecnología de la Comunicación, que permite mostrar en imágenes las ideas y pensamientos de la mente humana. La interrelación de estas carácteristicas, constituyen el fundamento de la nueva base social, que permite formar grupos por un número muy elevado de individuos, que comparten ideas y valores, dispuestos a cooperar estrechamente, hasta el punto de sacrificar sus intereses, por el bien común. Estas características, Creatividad, Cooperación y Comunicación, han dado origen a una criatura asombrosa, capaz de soñar con realidades inexistentes y convertirlas en realidad, en la biosfera sólamente hay un primate “capaz de volar”, nuestra especie el Homo sapiens.

La estabilización climática durante los últimos 12.000 años, posibilitó el desarrollo de la agricultura, el asentamiento de las civilizaciones y el crecimiento de la biodiversidad, tal y como la hemos conocido.

Hace apenas 200 años, el hombre “soñó” conquistar la Tierra. En el uso contínuo de la utilización de la riqueza Natural, descubrió el origen de todo: la energía, procedente de los combustibles fósiles. Este hecho catapultó al hombre a disponer a la Tierra a sus pies. Su éxito fue tal, que en apenas 100 años pasamos de 1.000 a 7.000 millones, constituyendo la era del “ser Antropoceno”. Esta era, de abundacia y éxito infinito nunca jamás antes conocida, ha transformado al hombre en un ser individual, egocéntrico y desconectado con la Naturaleza. Este modelo se está topando con los límites finitos de la biosfera, que están poniendo en entredicho, las bases fundamentales de la INSOSTENIBILIDAD del éxito perpétuo.

La inestabilidad climática, causada por el ser antropoceno en tan corto periodo de tiempo, el agotamiento de recursos naturales, del agua, de los combustibles fósiles, de suelo fértil, de las posibilidades para producir alimentos, tendrán consecuencias imprevisibles sobre la vida, tal y como la conocemos.

Todo apunta a, “que toca bajar a tierra”, entramos en la Era de la Adaptación, del “ser Resilienthus”.

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